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¿Ahora qué? Cómo podemos ser más fuertes #RRHH

La gestión de las personas en las empresas era un punto estratégico antes de que se desencadenara esta situación que vivimos desde hace seis meses, aunque algunos se empeñaran en no admitirlo. Sin embargo, la evidencia del papel que ha tomado el capital humano en el desarrollo del negocio es ya indiscutible. 

“Tratemos a nuestros empleados como el cliente que primero llega a nuestras instalaciones.”

Todo lo que nos rodea tiene connotaciones negativas, la pandemia, sus consecuencias en la economía, el cierre de empresas, la perdida de puestos de trabajo. Pero estamos obligados a buscar un aprendizaje positivo en esta enrevesada situación, tenemos la posibilidad de mirar al futuro y poner en marcha acciones que nos permitan ser optimistas y sobre todo estar preparados para los cambios que sin duda se están consolidando ya en nuestra sociedad.

Toda una revolución que dejará poso: Teletrabajo, seguridad, conciliación, reducción del contacto físico, cambio en el comportamiento de los clientes, cambio o cierre de mercados, etc. Son algunas de las consecuencias que estamos viviendo y para las que no estábamos preparados, o no al menos para que los cambios se materializasen de forma tan rápida.

Y aunque las empresas han desarrollado mecanismos de protección de forma urgente, en muchos casos improvisados, difícilmente se consolidarán en un futuro. Es lícito pensar que esta situación terminará antes o después y que todo volverá a ser como antes, así que no actuamos con previsión de futuro, más bien lo hacemos para salir del paso y observamos para ver como escampa.

Lamentablemente esa no es la mejor actitud que podemos adoptar, puede que escampe, pero algunos de los cambios sobrevenidos se quedarán entre nosotros, han calado en la conciencia del consumidor y del empleado, que por cierto son el mismo.

Analizamos 4 elementos que podemos considerar en nuestras organizaciones para hacer que sean más fuertes después de la tormenta. Elementos que están siendo protagonistas ahora y que lo serán en un futuro.

Identificar a los empleados y apoyarlos.

Suena muy genérico, pero no lo es, se trata de identificar las nuevas formas de estrés que estamos viviendo y saber que personas de nuestro entorno las están sufriendo, para dar una solución.

Las empresas no pueden vivir de espaldas a una nueva realidad que puede repetirse en cualquier momento y que condiciona nuestras vidas. No solo hablamos de la posibilidad de desarrollar el teletrabajo, hay que ir más allá. Debemos considerar la situación personal de nuestros empleados, sus miedos o las particularidades de su entorno familiar.

La solución a este elemento pasa por plantearse el trabajo desde otro punto de vista, no vamos a poder resolver nada si continuamos con una visión del trabajo basada en la presencia física del empleado y no somos capaces de hacerle participe de sus objetivos y sus logros.

Velocidad.

Este elemento es el más sencillo de todos, y posiblemente el más problemático. Lo resumiremos en una frase:

“Lo que duraba una semana, ahora debe durar un día”

Si algo estamos aprendiendo es que no valen las vacilaciones, ni sirve de nada dilatar las decisiones o las tareas en el tiempo. Si puedes hacerlo hazlo, mañana será tarde. Aquí podemos poner como ejemplo a no seguir el de las administraciones públicas y su gestión de la pandemia.

Planes tecnológicos.

Aquí podemos ser mucho más esquemáticos, indicando 6 puntos que puedes realizar ya:

  1. Analiza de forma inmediata cuales son los planes de inversión tecnológica de tu empresa para los próximos meses.
  2. Haz un pequeño resumen de lo ocurrido durante la pandemia, desde el punto de vista del uso de la tecnología.
  3. Presunta a tus empleados como les ha ido.
  4. Reformula tu plan de inversiones según los 2 puntos anteriores.
  5. Haz que el plan sea una realidad inmediata.
  6. Forma a tus empleados.

La tecnología es ya nuestra aliada, y lo será cada vez más.

Crear un Propósito fuerte.

También podemos resumir este elemento en una frase:

“Haz coincidir tus acciones con tus palabras”

Es el momento en que nuestras empresas se planteen su propósito, el fin por el que se justifica su existencia. No vale aquello de misión, visión y valores, eso no lo interioriza nadie.

Necesitamos concretar porque todos y cada uno de nuestros empleados se levantan por la mañana y acuden a su puesto de trabajo (aquí me responderán que por dinero). Tampoco sirve la consabida letanía de que las empresas están para vender sus productos o servicios, eso ya lo sabemos.

Puedes tener todo el éxito del mundo, vender todo lo que fabricas y hacer ricos a tus accionistas, pero ha quedado demostrado en estos meses que necesitamos un propósito para que todo tenga sentido, para que todos y cada uno de nuestros empleados se sientan participes de ese éxito. Orgullosos de hacer lo que hacen, quieren ser trabajadores esenciales… te suena.

Conseguir que tus empleados estén orgullosos de hacer lo que hacen, de ser trabajadores esenciales.

Desde estos elementos puedes iniciar el proceso, no esperes a que el futuro se repita, la próxima vez es posible que no tengas fuerzas para continuar.

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