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Simplificar: Esencia de los movimientos digitales en las empresas

Transformación digital por Ximo Salas

¿Tienes la sensación de que todo va muy rápido? La información se acumula exponencialmente y no somos capaces de asimilar todo lo que nos llega, ni personal, ni profesionalmente. Las empresas están inmersas en ecosistemas que pueden cambiar de forma compulsiva, alterados por al comportamiento de las personas que la forman o de las que consumen sus productos y servicios. Nos hemos instalado en un caos perenne ¿No sientes la necesidad de parar en algún momento? ¿Porqué no dejas de mirar el teléfono por un instante?

“La naturaleza adora la sencillez y la unidad” Johannes

Kepler (Alemania 1571 – 1630, Astrónomo y Matemático).

En un extremo del juego nos encontraremos profesionales que se identifican con entornos en apariencia caóticos –y que realmente lo son-. Donde la multitarea está instalada en sus vidas, los focos de atención son múltiples y la dispersión de la atención puede ser un riesgo en su desempeño. Los procedimientos se complican porque los actores implicados están “hiperconectados”.

En el otro lado del tablero, existe una corriente cada vez más extendida, que aboga por la simplicidad, lo que no significa desconectar del mundo o pasar a un estado de completo aislamiento. Significa hacer más sencillo todo aquello que nos rodea, trabajar con la premisa de no complicar los procesos y en la medida de lo posible procurar que cada día sea más fácil nuestro desempeño.

¿Podemos hacer que ambos “puntos de vida” se complementen?

#1 – Liderar para ayudar. Los entornos conectados.

En estos tiempos esta debería ser la labor principal de un líder, de la persona que tiene la responsabilidad de que otras desarrollen su trabajo de forma satisfactoria y eficaz. Se trata de liderar en entornos conectados y cada vez con un mayor grado de digitalización, lo que puede estar implicando mayor presión, no solo tecnológica. Esta corriente aboga por un liderazgo digital que tienda a simplificar todo lo que le rodea, intentando que tanto los procedimientos como la comunicación sean cada vez más sencillos y eficaces.

Esto no se consigue con la implantación de diferentes herramientas tecnologías, sino con un cambio en la cultura y el comportamiento del líder y de todo el equipo. Cambios que consisten en interiorizar de una vez por todas viejos valores y llevarlos a la práctica junto con el equipo de trabajo.

La transformación digital de las empresas debe desencadenar una simplificación de los procedimientos y de sus comportamientos de comunicación.

Sirvan como ejemplo estos ocho comportamientos o valores que nos pueden ayudar a mover a nuestros equipos hacia posiciones digitales, sin entrar en entornos de caos y haciéndolo compatible con las corrientes más cercanas a la simplificación y el sosiego.

  • Credibilidad. Crear un entorno personal de aprendizaje que facilite al líder la actualización continua de sus conocimientos, ayudando al equipo rápidamente y sin intermediarios. Compartir conocimientos de forma continua.
  • Ilusión. Trasladar al equipo de forma transparente los resultados y avances del trabajo. No ocultar nada.
  • Pasión. Demostrar que se vive de forma intensa el trabajo realizado y no se tiene miedo a mostrar los sentimientos, las emociones que se generan en el grupo.
  • Estilo. Mostrar la forma de ser del líder, sin esconder nada. Ser honesto en todo momento.
  • Comunicación. Comunicar de forma continua, elegir canales oficiales para ello y que sean simples de usar por todo el equipo. Abrir los canales de comunicación a todos los implicados en el proyecto.
  • Curiosidad. No frenar el avance de las ideas que surjan, atándolas a procedimientos de trabajo complicados y burocráticos. Fomentar las ganas de descubrir cosas diferentes, sin desear el control de todo.
  • Humildad. Dejar que el equipo avance sin establecer controles exhaustivos que impidan su desarrollo. Ser humilde y aceptar las buenos ideas de todos.
  • Y por último simplicidad. Hacer todo lo anterior de la forma más directa y efectiva posible, sin crear procesos farragosos e interminables que terminan por minar la ilusión del equipo.

Cualquier empresa que desee iniciar un proceso de transformación digital, deberá iniciar en paralelo una simplificación de sus procedimientos y comportamientos de comunicación, cuestionándose todo lo que se esté haciendo hasta este momento.

#2 – La transformación digital no se instala. Se vive.

La transformación digital no es algo que compres y uses, algo que instales y pongas en marcha. Significa transformarse, cambiar de forma radical, dejar de hacer las cosas de la forma en que se hacen y adaptar otras maneras. Y sobre todo creérselo, porque lo primero que debe cambiar es cada una de las personas de la organización.

La transformación digital es…

  • Cuestionar lo que haces y cambiarlo.
  • Redefinir el concepto y los espacios de trabajo.
  • Cambiar el modelo de relación con clientes y empleados.
  • Generar interacción efectiva con todos los actores de tu entorno.

La digitalización de las organizaciones significa cambiar la idea heredada de empresa, significa entregar la empresa a tus clientes, por eso te apreciarán, seguirán y comprarán tus productos o servicios, que serán los suyos. Pero para que eso ocurra, antes debes confiar en tus empleados y entregársela a ellos… son tus intermediarios.

Desde la función de Recursos Humanos la transformación digital es.

“Crea entornos para personas –comunidades- que participen en un objetivo común, en el que puedan crear un propósito; para satisfacer las necesidades de otras personas. Ellos son los protagonistas, porque la tecnología, el proceso y el producto lo pueden tener todos.”

El concepto de transformación digital debe avanzar aún más desde el punto de vista operativo en la empresa. El liderazgo que entraña hace que los directivos de las empresas deban implicarse al máximo, creérselo y ser los primeros en cambiar.

No se puede seguir vendiendo confusión, o interpretando que el cambio digital consiste en instalar las correspondientes herramientas que nos hacen más “modernos”. Para cambiar debemos interiorizar lo que significa hacer las cosas de forma diferente, dejar atrás todo lo conceptualizado hasta el momento y saber generar los espacios de confianza y aprendizaje que necesitan los empleados para cambiar a su nuevo rol.

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