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La alfabetización digital, la clave de la transformación digital en las PYMES

La transformación digitalización de las empresas plantea muchas ventajas en todos los sentidos, pero para conseguirlo debe cumplir una condición ineludible: tener en cuenta el factor humano que siempre está implicado en el cambio.

El origen es muy sencillo, el ser humano acepta con cierta facilidad todo aquello que puede mejorar en algún sentido su forma de vida, siempre que no implique una amenaza para él mismo. Incluso provocando cambios en su comportamiento anterior, tanto de forma consciente como inconsciente. Si observamos a nuestro alrededor veremos formas de actuar de compañeros que antes no se producían así, si preguntamos el porqué del cambio seguramente igual no encontramos una explicación consciente del motivo.

En este contexto de aceptación y considerando que los procesos de transformación digital son imparables, avanzarán de forma más o menos rápida en función de dos aspectos clave que los frenarán o impulsarán.

  1. El desarrollo de la tecnología necesaria para acompañar los procesos de transformación digital, su implantación, coste y aceptación por el mercado. Incluyendo también los intereses económicos dominantes en el mercado.
  1. La aceptación y uso por parte de la sociedad de los cambios que implica su desarrollo. Por ejemplo, nuevas formas de relación y comunicación entre empresas, empleados y clientes. Nuevas formas de relación entre los ciudadanos y la administración, con participación libre, directa y continua. O nuevas formas de desarrollo humano –investigación-, discusión ética del uso de los avances tecnológicos.

Si atendemos al primer factor, el tecnológico, no queda más que esperar la evolución lógica de los avances que en este aspecto se dan cada día, que son continuos y que buscan una rentabilidad económica, factor determinante en la implementación masiva de esas soluciones en nuestras empresas. Serán las grandes corporaciones las universalizarán su uso para la PYME, haciendo más asequible la tecnología necesaria.

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El factor Humano.

La segunda clave, lo que podemos denominar el “factor humano” del cambio, puede tener derivadas no previstas, o transformaciones sociales asumidas por millones de personas en un escaso periodo de tiempo, que dejan sin argumentos a los analistas más avezados. Un ejemplo claro de este caso puede ser la espectacular penetración de WhatsApp en los hábitos de comunicación de los españoles en el año 2009, y la sustitución del uso del SMS.

¿La transformación digital de la empresa es solo una cuestión de tecnología?

Sin duda no, el principal componente a considerar en toda organización para iniciar, implantar y conseguir una transformación digital exitosa son las personas, y las primeras los empleados.

Nuestras empresas son “organizaciones heredadas”, así como suena –de forma literal-, se crearon y han crecido –incluidas las más jóvenes, tecnológicas o avanzadas- con las culturas heredadas de la gestión tradicional del siglo XX, no hay cambios en esto, solo pequeños avances, no nos engañemos. 

Transformar digitalmente una empresa no significa solo tener los últimos avances tecnológicos, inventos, widgets o bots (aféresis de robot) que existan en el sector, con ellos podrás automatizar algunos de tus procesos, pero no podrás sacar su máximo rendimiento si no son integrados por el ecosistema que forma toda la empresa, incluidos los empleados.

“La digitalización de las empresas depende del “factor humano”, la tecnología la puedes comprar”

Puedes eliminar todas las impresoras de tu empresa e implementar los últimos avances en gestión de textos compartidos, edición múltiple y aportación de contenidos sugeridos por inteligencia artificial; todo ello con el objetivo de mejorar la productividad y aumentar la colaboración en las personas. Te podrás anotar el tanto de tener una empresa sin papel. Pero de nada te servirá si antes no modificas el hábito heredado de leer y corregir sobre papel. La necesidad imperativa de imprimir que tienen algunos individuos no se modifica con la última tecnología de edición y almacenamiento en la nube.

Ante el reto de la transformación digital de una organización, no queda otra opción que empezar por el “factor humano”. No te centres en la solución necesitas implantar, eso siempre lo podrás comprar. Lo que nunca debes olvidar es.

Todas las áreas de la empresa están implicadas, no hay partes más o menos afectadas, o grupos más o menos adaptados. Piensa que ya no será más eficaz para tu organización quien sea más inteligente, sino aquellos que sean más creativos, colaborativos y sepan buscar lo que necesitan ¿Sabes utilizar Google?

Inicia el proceso de transformación digital por los usuarios internos, por tus equipos. No olvides que ellos son usuarios de la tecnología en sus casas, con sus familias y amigos. No importa si tu quieres cambiar tu empresa, ellos ya lo están haciendo con sus vidas ¿Les quieres acompañar?

Antes de lanzarte a una relación digital con tus clientes –como quiera que sea para cada empresa-, implementa exactamente la misma solución para tus empleados. Si quieres lanzar un canal de Twitter para tus clientes, pon uno para tus empleados antes ¿Aún eres capaz de diferenciar entre clientes y empleados?

La formación es la base. Digitaliza tus procesos de formación, elimina la formación genérica, da libertad a tus empleados para que se formen y formen a sus compañeros de equipo. Incluye a tus clientes en la formación, a tus candidatos, a tus proveedores, a la sociedad que te rodea. Sé el primero en favorecer el aprendizaje o ¿Crees que ellos no lo van a encontrar por sus medios?

El proceso de digitalización que estamos observando en nuestra sociedad en imparable y sin duda va acompañado de ventajas para todos. La tecnología ayudará en muchos aspectos de nuestras vidas, pero por si misma no nos hace mejores o peores personas. Como cualquier otro avance es su uso el que lo hará positivo o un generador de desconcierto. Siempre queda la interpretación del ser humano.

Desde el punto de vista de la gestión de las personas en las empresas el reto es apasionante. Dejemos de lado los viejos hábitos, los inamovibles paradigmas de la gestión del talento, para adentrarnos sin miedo en un terreno nuevo y abierto.

La digitalización de la empresa significa cambiar la idea heredada con la que se ha construido, significa entregar la empresa a tus clientes y empleados. Por eso te apreciarán, seguirán y comprarán tus productos o servicios, por eso querrán seguir trabajando allí. Pero para eso debes empezar por confiar en tus empleados y entregársela a ellos, son tus intermediarios.

“Crea entornos de personas –tribus- que participen en un objetivo común, para satisfacer las necesidades de otras personas. Ellos son los protagonistas, la tecnología, el proceso y el producto lo pueden tener todos.”