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Retener el talento ¿Cuestión de suerte? 6 claves

Lo primero que me plantearía en una empresa es si es buena la idea u obsesión de que todo el mundo debe quedarse, que los “buenos” no pueden marchase, y que la empresa debe poner los medios para que esto ocurra.

La segunda reflexión que haría es… ¿Qué es talento en esta empresa? Porque no hacemos más que hablar de este concepto, del que todos nuestros empleados deben ser poseedores, pero nadie aclara qué es o qué aspecto tiene. Lo cierto es que en la mayoría de los lugares donde he trabajado, era un concepto muy, muy subjetivo. Sí hay una verdad, y es que todos somos poseedores de talento, otra cosa es que la empresa lo sepa aprovechar en su justa medida.

Tengo una conclusión clara con respecto al tema de la retención de talento en la empresa: No es bueno que todo el mundo se quede, no voy a incentivar que los mejores se marchen, pero no lo voy a impedir. Es bueno que exista un pequeño porcentaje de empleados que abandonen y lo hagan para mejorar su situación profesional.

Es bueno contribuir al orgullo de superación del equipo, al sentimiento de que los compañeros pueden salir para ocupar mejores puestos profesionales… ¿Por qué no puede pasarme a mi si me esfuerzo?

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El talento y su gestión no puede interpretarse como algo estanco, que no debe tener fugas. Es un concepto flexible, abierto, que necesita oxigeno para mantenerse; como un estanque en un parque, si lo aislamos el agua se pudre.

Vamos a repasar 6 claves que nos pueden ayudar a mejorar la gestión del talento de nuestra empresa, porque lo tenemos, de lo contrario ¿Cómo hiciste los procesos de selección?

6 claves para airear nuestro estanque y no permitir que el talento que contiene se estropee.

  • Obsesión infinita por crear un buen ambiente, eso incluye el lugar físico donde trabajan los empleados. Incentiva las relaciones entre todos los miembros de la organización y cuida los momentos críticos que seguro se van a producir.
  • Para reforzar el anterior, no crees falsas expectativas. Eso que llaman: No cumplir las promesas. Porque en ocasiones no hacemos promesas, pero defraudamos.
  • Da protagonismo a las personas y sus iniciativas. Lanza retos y desafíos, no permitas que tu equipo se instale en la comodidad del día a día. Esto solo se hace con dosis inmensas de confianza.
  • Crea una cultura de reconocimiento del trabajo bien hecho, por parte de todos/as. No solo los jefes, también los compañeros y el resto de los empleados. Con este punto estás anclando el anterior.
  • Apoya a todos/as en su desarrollo profesional y personal. Implanta una cultura colaborativa y ayuda a crear entornos personales de aprendizaje. Por aquí es posible que tengas fugas, pero no te preocupes… no son malas. Ayuda al que se marche.
  • La última y la más difícil: Haz que la creatividad sea parte del trabajo diario, algunos le llaman “cultura de la innovación”. Yo no sería tan ambicioso, solo deja que las personas se expresen con libertad y puedan equivocarse.

No es imposible, aunque pienses que no es sencillo, solo debes hacer que tu gente sea más persona y menos empleado.

¿Lo pillas? Seguro que si. De todas formas estoy a tu disposición para ayudarte.

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