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Como mejorar la motivación de tu equipo, cuatro comportamientos básicos.

Viendo uno de los partidos de preparación de la selección española de baloncesto para el próximo Copa Mundial de Baloncesto de la FIBA, que se celebrará en estadios de Filipinas, Japón e Indonesia (del 25 de agosto al 10 de septiembre), recordé una conferencia de Sergio Scariolo en la Universidad Europea de Valencia. Para quien no le conozca Scariolo es el actual seleccionador español de baloncesto y cuenta con cuatro campeonatos de Europa y un bronce, un campeonato del mundo en China 2019, una medalla de plata y otra de bronce en las olimpiadas de Londres 2012 y Rio 2016 respectivamente. Un palmarés difícil de igualar en la historia del básquet español.

La conferencia de Sergio Scariolo se titulaba “La preparación como clave del éxito”, pero en realidad era más importante el mensaje de cómo gestionar un equipo lleno de “egos” y como mantener el foco en un objetivo y la motivación para conseguirlo.

Una de las claves de la conferencia fue descubrir que la función más importante de un seleccionador, dejando de lado la faceta técnica, es la de ser un líder que sea capaz de gestionar “líderes”, ya que algunos de los componentes del equipo lo son en sus respectivos clubes.

La motivación es un atributo clave en la experiencia del empleado en la empresa, las organizaciones se centran en su importancia y trabajan de una u otra forma en su desarrollo. Por ello, cuando encuentras a alguien que te habla de motivación desde la práctica, es bueno recoger su experiencia y reflexionar: ¿De verdad existe la función de motivar? ¿Sabemos cómo hacerlo? ¿Puedo llevar a la práctica su experiencia?

Porque, siendo sinceros, es posible que lo único que sabemos hacer bien con respecto a la motivación es romper (eliminar) la que ya existe en un equipo.

Conocemos multitud de iniciativas que permiten mejorar la situación motivacional de las personas que forman parte de una empresa, un colectivo o un equipo. Pero cuidado, la mayoría no son recetas para “motivar”, sino acciones para no quemar al grupo con nuestro comportamiento o el de los compañeros. De la conferencia de Sergio Scariolo y sus vivencias con la selección de baloncesto, se pueden extraer ideas de trabajo que sin duda son muy efectivas no solo para mantener la motivación de un equipo, sino también para incrementarla.  

Estos 4 comportamientos extraídos de la experiencia del seleccionador nos permiten mantener y mejorar la motivación de un equipo, además de ser totalmente prácticos para poder ponerlos en marcha por propia iniciativa.

  • No seas invisible, déjate ver.
  • No dejes conversaciones pendientes, si las tienes ciérralas.
  • No levantes expectativas secretas.
  • No seas arrogante.

No seas invisible, déjate ver.

La presencia física de las personas es importante, el contacto visual y la interacción de proximidad hacen que se establezca cierta complicidad, que desaparece si la distancia es lo habitual.

Una característica común en las personas que tienen cierto nivel de responsabilidad en la empresa es la necesidad de atender diferentes frentes, funciones y responsabilidades a la vez. Esta peculiaridad los lleva a tener que atender diferentes situaciones que poco a poco les aíslan de su lugar físico de trabajo. Algunos lo hacen por una necesidad creada de forma inconsciente, otros porque creen que ese es el rol que deben asumir por su puesto.

En ambos casos la consecuencia es que el contacto visual con el equipo va disminuyen con el tiempo y la complicidad disminuye de forma directamente proporcional al tiempo de ausencia.

Encerrarte en el despacho resolviendo complicadas previsiones futuras te aislarán de tu equipo, que en definitiva es el que tendrá que poner en práctica las tácticas que hayas diseñado.

El incremento del trabajo en remoto puede ser un factor para tener en cuenta en este comportamiento, pero existen multitud de acciones que se pueden llevar a cabo para contrarrestar sus efectos negativos en este aspecto.

Obviamente si visualizamos la labor de un seleccionador de baloncesto, lo vemos corriendo la banda dando instrucciones a sus jugadores o dirigiéndose a ellos en un tiempo muerto. Pero sin duda hay mucho más detrás de esa responsabilidad, días de concentración y preparación de torneos, y tiempos entre cada uno de ellos. Tiempos que se deben gestionar en este sentido.

No dejes conversaciones pendientes, si las tienes ciérralas.

Este comportamiento tiene poco que explicar, es sencillo de entender y fácil de resolver. Sin embargo, algunas personas lo asocian a su forma de trabajo, es como mostrar a los demás lo importante que es su labor y el alto grado de responsabilidad que desempeñan.

De esta forma, una llamada telefónica o un gesto de otra persona en apariencia más relevante que el interlocutor actual, hacen que una conversación quede aplazada con un: “bueno luego lo hablamos, no te preocupes”.

O simplemente no encontrar nunca un hueco de tiempo para atender a ese miembro del equipo que lleva algunos días intentando hablar contigo.

Piensa por un instante que para cada uno de los miembros de un equipo las cosas importantes puede que sean las suyas, y si estas no se resuelven, las del equipo, las que os hacen triunfar, pasarán a ser secundarias.

No levantes expectativas secretas.

Este comportamiento lo resumió de forma muy sencilla el seleccionador: No prometas lo que no puedas cumplir.

Ser honesto y sincero con el equipo, no más. Si prometes cosas que no se cumplirán nunca, las expectativas creadas y no realizadas producen una fuerza que destruye toda la motivación de un equipo. Aunque este sea de élite o de alto rendimiento.

Peor aún cuando lo haces de forma individual (expectativas secretas) y la persona defraudada por la promesa no cumplida se dedica a minar la confianza de los compañeros en el vestuario.

No seas arrogante.

Tal vez el comportamiento más complicado de detectar y/o de corregir por uno mismo. Su antónimo y antídoto es la humildad.

En el caso de Scariolo este comportamiento se explica por sus orígenes y su esfuerzo por alcanzar las metas conseguidas. La mayoría lo puede conseguir no alejándose de la realidad, cumpliendo con los tres comportamientos anteriores.

En ocasiones el hecho de alcanzar el máximo nivel de incompetencia hace imposible que se pueda ser humilde.

Debemos animar a las personas que tiene la responsabilidad de dirigir equipos a no olvidar nunca que es necesaria una proximidad, intentado no fallar, dando ejemplo con su propio comportamiento y sobre todo siendo coherente con sus acciones, no digas una cosa y hagas otra. Se romperá la relación emocional con el grupo y se perderá cualquier posibilidad de ser una referencia para ellos, si no se mantienen estos mínimos.

Parece ser que en los últimos tiempos los expertos están desempolvando viejos apuntes para decirnos que debemos motivar a los equipos, creo que en realidad lo que debemos es dar ejemplo con nuestro comportamiento para no desmotivar a nuestro equipo. Y después si lo crees oportuno, aplicar los cuatro comportamientos descritos.